Esta propuesta plantea un juego tipográfico creado a partir de las letras que componen el nombre del ilustre personaje que da nombre al colegio. Conscientes de la excesiva carga de seriedad que transmite este nombre, se ha pretendido jugar de una manera lúdica con las letras, dulcificando el nombre y haciéndolo más amable y cercano para quienes son sus usuarios finales; esto es, niñas y niños de educación infantil y primaria.La idea es que mediante este gesto gráfico se genere mayor empatía entre el nombre del colegio y el alumnado a partir de un grafismo divertido y dinámico.El color elegido, en el que dominan el azul y el amarillo, y la disposición de las letras, inscritas en un cuadrado, se inspira en el diseño de las placas cerámicas que adornan el edificio, creando así un vínculo entre el pasado y el presente.
